“Soy una profesional más, que
revindica la necesidad que tiene nuestra sociedad de escucha, atención y
dedicación a los papás y al grupo familiar en sí.”
No estoy hablando de
hacerlo cuando exista un problema, pues ese camino es más fácil, sólo tenemos
que diagnosticar y derivar.
¡NO!, Hablo de aquello
que tanto defendemos los profesionales de la salud: PREVENIR. ¿Por qué no
prestar un poco más de atención al estado anímico, emocional y psicológico
durante un embarazo y post-parto? ¿Realmente somos conscientes de cuántas
futuros o reciente: mamás, parejas y familias enteras, acuden a terapia, con
una problemática que fácilmente se puede solucionar antes de…?
¿Realmente somos tan
inocentes e idealistas que creemos que todo el mundo tiene que rebosar de felicidad
cuando nos enteramos que vamos a ser papás, porque socialmente está mal visto
decir que lo estás pasando mal?
Si echamos la
vista atrás y somos sinceros con nosotros mismos, ¿podemos asegurar que nos
hemos preocupado lo necesario para ayudar a una madre a superar una depresión
previa al parto o post –parto? ¿Y tras uno o múltiples abortos? ¿Y para
esa suma de sentimientos tan comunes como son el fracaso y la
culpabilidad tras abandonar después de mucho intentar, la lactancia?...
Tengo la certeza suficiente,
para poder afirmar, que gracias al empeño y preocupación de muchos
profesionales de la salud, por el bienestar emocional individual y familiar, de
futuros o reciente papás, hoy podemos disfrutar de cursos de preparación al
parto , talleres de lactancia, entre otros…que nos ayudan a vivir el día a día
con algo más de tranquilidad. Y estoy segura que gracias a su labor, cada año
que pase, cada década que se cuente mayor será su apoyo.
Pero mi reivindicación
viene dada no sólo por mi experiencia personal, sino también porque hay mucho
trabajo que hacer y unos pocos, que gracias a ellos su labor es de muchos, no
pueden llegar a todos. En ocasiones parece que olvidamos que la empatía es el
mejor arma de para desarrollar nuestra profesión. Y una buena dosis de esta
junto con un poquito de atención, escucha y paciencia se convierte en la mejor
cura para esos padres que han iniciado una nueva aventura en donde la etapa más
dura está formada por que mieles de miedos y millones de dudas, posibles de
sobrellevar con un poco de apoyo más.
Y no respuestas
como, “no tienes pinta de estar pasando por depresión post-parto”, “ahora
no tengo tiempo, porque mi turno está acabando y estoy cansada”, “tienes que
hacer lo que te digo, porque así y listo”, “no digas tonterías, las cosas no
son para tanto”…Porque respuestas como estas tiene efectos secundarios muy
comunes: frustración, culpabilidad, sentimiento de fracaso o de que te inventas
una patología, como me paso a mí. Pues soy la protagonista de la primera frase
expuesta, el resto son las historias de otras mamás.
Aún me pregunto que
“pinta” debe de tener una mujer que está pasando por una depresión, una mujer
que se avergüenza y no acepta por lo que está pasando. Una mujer que
tiene pánico a salir sola de casa con su niña porque siente que en la
calle no tiene nada bajo control…..Tal vez algún día lo pregunte, sólo por
curiosidad, por si me sirve a nivel profesional (ironía), pero cuento con la
certeza de que esto no es una ayudar y que tal día como hoy quiero exponer,
explicar y revindicar en este mundo virtual tan general, lo que decimos muchas
mamás de forma individual, un tema tal vez, sobre el que reflexionar:
“Soy una mujer, madre y paciente que
puede asegurar, que nuestro BIENESTAR EMOCIONAL, es la base para sobrevivir,
convivir, concebir una futura maternidad.”
¿Por qué no le damos una oportunidad?
¿Por qué no empezar a escuchar?
¿Por qué no aprende a cultivar un bienestar
individual y familiar?
“Un bienestar emocional”
No hay comentarios:
Publicar un comentario