Es cierto, nadie dijo que la maternidad era un camino fácil y más aún cuando viene acompañada de apatía, tristeza, estrés o depresión.
Pero todas aprendemos mucho mientras paseamos por ella, y con ella nos esforzamos y descubrimos lo mejor de cada una.
Por todo ello, la perseverancia por mejorar y volver a ser nosotras es nuestro mejor amar para vivir esta nueva etapa que nos acompañará el resto de nuestra vida, como la más gratificante, fortalecedora y entusiasta de nuestra propia historia.
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