Aburrido no es aquel que dice cosas que no entendemos, si no aquel que no entiende lo que alguien interesante dice y no quiere aprender.
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¡MAMÁ, CÓGEME!

LO ESTAS MAL ACOSTUMBRANDO A LOS BRAZOS....
Me afirmó una amiga… Díselo a la naturaleza, que lo ubicó 9 meses cerca de mi corazón, 9 meses al
compás de mi respiración, 9 meses en compañía de mi voz. Ella lo mal acostumbró primero, que
 sabiamente llenó mis pechos lecheros, para seguir siendo, uno los dos. 

Que te explique la naturaleza, por qué me sonríe cuando estoy fea y me estira los brazos loco de amor. 


¿Que lo estoy mal criando en brazos cuándo no me pide zapatos, ni un auto de lujo, tan solo que lo tome, por besos babosos a cambio? 


¡No me niego a sus brazos! ¿Por qué negarme? Sería reprimir el amor más puro e incondicional. 

Me pide brazos porque después de pasar casi un año tan unidos como jamás lo volveremos a estar, nuestro único consuelo es abrazarnos, para no extrañarnos tanto y amarnos más y más. 

Después de todo, más temprano que tarde aprenderá a caminar y todo esto será un hermoso recuerdo, de cuando una vez él fue bebé y mis brazos eran todo para él. 

Así que , sin duda la naturaleza es más sabia que ambos, lo que para algunos es “mal acostumbrarlo a los brazos” él lo llama AMAR, MAMAR, MAMÁ. 

Ni los árboles sueltan sus frutos pequeños… los cargan hasta que estén listos, es lo natural... 


Hace unos días llegó al Facebook de Maternidad y Bienestar Emocional esta pequeña historia, la cual me hizo reflexionar y recordar como si flashes pasarán por mi mente comentarios que me hicieron en su momento, mamás, abuelas, matronas y otros profesionales de la salud, sobre los efectos positivos que obtuvieron en sus hijos y el vinculo entre ambos, ellas y sus pacientes al saltarse la norma de "no cojas a tú bebé en brazos".

Y...pensé en mi, en cómo actúe y actuó ahora que mi tripa es enorme, con mi pequeña. Me di cuenta de que yo también me salté esa "norma", lo que me incluiría en el grupo de las mamás que han mal acostumbrado a su hija por cogerle en brazos, tanto que los peores días, esos en los que mi pequeña no dejaba de llorar, pocos fueron dicho de paso, la ponía en el canguro y junto a ella me movía por la casa.

¡Bendito mal hábito! Porque volvería ha repetir todas aquellas veces que la acune para calmarla, que la llevaba en el porta-bebes para que sintiera que su mamá estaba ahí. Todas esas veces, incluso ahora 32 meses después, que me estira sus bracitos tan sólo para sentir el calor y cariño de mamá de una forma más cercana, intima. El cual, ella misma acompaña con un beso y un té quiero mucho mamá.


Y días después mientras pensaba en el post, como si de la nada surgiera, llega a mi pantalla esta imagen:

¿Renunciar a ello después de mi positiva experiencia y de leer esto?, ¿Renunciar a poder ofrecer y transmitir a mis hijos amor, confianza,bienestar, seguridad, autoestima... en etapas tan importantes como son, su llegada al mundo y su completa infancia, con un gesto tan simple? Ni hablar, creo que seguiré "mal acostumbrado a mis hijos" a sentir el amor de su mamá siempre que lo necesiten, porque sé que llegará un día, más pronto que tarde, en el que mis abrazos no serán tan demandados y nuestro cariño se demostrará de otra manera.

Ahora en este momento, yo me quedo con esta experiencia y todo lo bueno que he obtenido de ella, tal vez no sea lo correcto, adecuado o recomendable, tal vez esté equivocada, pero creo que sobre la crianza no hay nada escrito y menos aun, protocolizar. Porque el 80% de ella se basa en emociones y sentimientos. Los cuales jamás podremos medir para todo el mundo por igual.


¿Y tú ? ¿Cuál es tú experiencia?
¿Causó algún inconveniente "mal acostumbrar a tu bebé"o por el contrario mejoraron muchos aspectos?

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