Aburrido no es aquel que dice cosas que no entendemos, si no aquel que no entiende lo que alguien interesante dice y no quiere aprender.
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EL PARITORIO...

Allí estaba yo, un 29 de Junio del 2013 a las 15h de la tarde, sentada en la camilla del paritorio de espaldas a la anestesista y con la vista al suelo. Y no sé cómo, ni porque, el pánico aterrizo en mi cuerpo, y con él la visión de mi misma, frente a mí, que me gritaba aterrorizada:

- ¡Que haces  aquí! Este no es tu lugar. No te das cuenta de que sólo tienes 29 años y vas a ser madre. Sal corriendo. Vete lejos.

Y eso me aterrorizo aún más, por fin, dentro de unas pocas horas iba a tener a nuestra pequeña entre mis brazos. Y, en lugar de intentar relajarme y pensar en todo lo bueno que habría después yo sólo quería salir corriendo, huir de allí.

 No entendía nada, miraba a mi marido aterrorizada y avergonzada. Por incomprensión propia. Me sentía culpable por ello y a su vez intentaba olvidarlo, actuaba como si nada hubiera pasado y calladita, que era mejor no contarlo. Pero el momento más sorprendente y desagradable fue, cuando me prometí a mí misma que jamás lo contaría, me lo prohibí. Realmente me sentía tan avergonzada, tan culpable, tan mal, que llegue a pensar que tal vez si lo contaban los demás pensaba que no quería a mi niña.

Y como digo, me calle y puse mi mejor cara, para que los tres saliéramos bien de todo aquello y tras mucho empujar  a las 17.50h, con 4kgrs y 50cm,nació nuestro gran amor, de nombre Adriana.

Mientras comprobaban que todo estaba bien, yo no dejaba de mirar a mi bebé y decir que guapa es, amor de madre. Pues la verdad, no es su día más favorable, pero después de 41 semanas de espera para poderlo tener en tus brazos  todo bebé es bello y más el propio.

 Horas después, mientras miraba a mi niña y a mi marido, que no quiso separarse  de nosotras ni un solo momento. Yo no dejaba de repetir me  que todo había pasado, que fue el shock del momento, que lo olvidará. Pero no fue así, ese momento me desconcertó, revolvió mucho dentro de mí. El silencio no ayudo y cuando fui capaz de contarlo había iniciado las sesiones con la psicóloga, tras diagnosticarme depresión post-parto.
Yo siempre he dicho que fue aquí donde “un botón de mi cerebro” se accionó para dar lugar a lo sucedido tras el parto, porque eso fue lo que sentí. Para mí, en el paritorio empezó todo.

 

 
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¡ SI PUEDES,TÚ SIEMPRE PUEDES!

Es la frase que he repetido a mi hija desde que empezó a articular palabra y comprender todo lo que le decía. Cada vez que intentaba alcanzar un juguete, subir al sofá, sacar una toallita del paquete... y me decía: "mami no puedo" .

Y ahora es ella, con sólo 25 memes, cuando me oye decir a mí, no puedo, la que me dice: "MAMI TU SIEMPRE PUEDES". Y yo sonrió, porque creo que algo bueno le he enseñado...A CREER EN SÍ MISMA, o al menos eso intento.


Sonrió porque esa frase me da fuerzas, me recuerda lo que hemos superado y los nuevos sueños que he encontrado. Me recuerda que cada día de la vida de esa pequeña, que corretea por la casa, que llena de felicidad y de vida los corazones de su padre y el mío,con sus sonrisas, su alegría y sus historietas, merece la pena luchar, merece la pena cambiar, merece la pena empezar a disfrutar.

Y si no puede vivir sus primeros 18 meses de vida como yo habría querido, como había soñado desde que era niña. Ahora puede gritar bien alto ¡Tengo toda su vida para disfrutarlo, para compensárselo no sólo a ella en tiempo  y amor, no sólo a mi marido por lo mal que también lo pasó, sino también a mi corazón!



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UN DESEO....

 Un deseo: un embarazo
Un parto: algo complicado, en el paritorio empezó todo.
Un estado de ánimo: una depresión post-parto con un punto de Agorafobia
Una pregunta: ¿Por qué a mí?,¿Por qué ahora?...
Una respuesta: demasiadas cosas se unieron en un corto período de tiempo.
Una búsqueda: ayuda
Una motivación: mi hija
Una superación: volver a ser yo
Un punto de apoyo: no encontré. Así que con mi cabezonería  y  con mis ganas de vivir la maternidad que siempre soñé, me las apañé.
Un regalo: volver a sonreír a la vida. Ser feliz junto a mi familia. Ser capaz de hablar sin sentir culpabilidad.  Amar lo que hago y por lo que lucho cada día.
Un reto personal: ayudar a toda mamá que necesité un oído que la escuche, unos ojos que la lean, un corazón que la comprendan, unas manos que le den calor y muchas palabras de valor.

Este es un pequeño resumen de mi historia, este es el motivo por el que me levanto cada día con las ganas y la valentía de compartir mi experiencia, tan sólo con la ilusión  de que algún día una mamá vuelva a la vida con una sonrisa.
Para todas, para cada una, para cada historia.


Mil besos, mil abrazos, mil ánimos y sólo una frase, la misma que le digo a mi hija cada día: ¡TÚ PUEDES

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LA MATERNIDAD Y LA VIDA

 Madre mía, si tuviera que resumir en pocas líneas las grandes enseñanzas que me ha dado mi hija,  dedicaría toda una vida.

Si tuviera que transmitir lo que mi corazón sufrió, como lo superó y lo mucho que aprendió en sólo un post, necesitaría millones de blogs.

Si pudiera traspasar la pantalla, poner tú mano en mí corazón y hacer te sentir toda mí nueva energía, mi alegría y la enorme gratitud que le tengo a la vida, por enseñarme que la maternidad es aún mejor que lo que yo creía, estoy segura que una sonrisa provocaría.

Porque estaba subida en un tren que no me dejaba ver la vida, un  tren que se deslizaba sobre las railes de ambición profesional, de siempre querer más. Un tren incompatible con mi tan deseada maternidad.

Y mi hija la paró para poner mi vida patas arribas, hacer un gran coctel de depresión e incomprensión, para luego saborear mi propio descubrimiento personal, mi nuevo camino profesional, mi propia maternidad, mi propia vida.

Una vida con gafas de optimismo, ilusión y motivación no sólo por ayudar, acompañar y escuchar a  cada mamá que desee compartir sus momentos vividos. Sino también para escuchar desde el otro lado de mi propia existencia todo lo que en su momento mi corazón no supo contar, no supo expresar....






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NUESTRA ELECCIÓN DE SER PAPÁS

"Una elección que cambia nuestras vidas,
una elección para toda la vida,
una elección que esconde mil maravillas”
 
   Adriana, así se llama nuestra hija, llegó casi de forma inesperada en el 2011. Digo casi, porque desde que nos casamos queríamos tener niños, por mi marido al día siguiente de la boda, pero yo tenía en mente más ambiciones profesionales que personales en aquellos años y aún no era mi momento. Pero como todo en esta vida, cada acontecimiento importante tiene su día, mes y año programado para hacerse realidad, lo esperes o no, te digan lo que te digan.
 
   Llego el día en el que decidimos que no queríamos, ni podíamos, seguir retrasando más el ser papas, porque hijo único no sería. Hicimos las consultas médicas necesarias para confirmar que mi organismo estaba perfecto para ello, pues había tenido unos pequeños problemas de salud a lo largo del año. Nos dijeron que todo estaba bien, que era buen momento. Pero que nos hiciéramos a la idea que tardaríamos entre un año y medio a dos años, en ser padres. Yo tenía ovarios poli quísticos desde una edad muy temprana  y con ello se sumaba un alto porcentaje de aborto en los primeros embarazos.
 
   No le dimos mayor importancia e incluso ese período de tiempo era perfecto, sobre todo para mí. Pues hacía casi un año que había dejado mi trabajo de Enfermera en el hospital para emprender un camino laboral fuera de este. Un sueño y destino que quería hace mucho tiempo.
 
   Y esos casi dos años permitiría que me estableciera profesionalmente y con ello una mejor organización durante el embarazo y post-parto. Todo encajaba y en ese momento tenía 29, edad suficiente para tomarlo con calma y ganas.
 
   Sorpresa… el año y medio se convirtió en sólo un mes. Si así fue, al mes siguiente de retirar medidas nos quedamos embarazados. Embarazo que se desarrolló con toda la normalidad que cabe esperar en una gestación, sin sustos ni preocupaciones. Y 41 semanas después teníamos a nuestra pequeña en nuestros brazos.
 
“Mi pequeña Reflexión”
“Cada acontecimiento de nuestra vida, tiene escrito su propio momento.”
“Cada acontecimiento, guarda una enseñanza que marca un nuevo camino en la vida de las personas que en ella participan.”
 
“Para mi marido y para mí, todo lo que iré contando sobre nuestra pequeña historia y para la ciencia y varios profesionales, una demostración más de que nadie, absolutamente nadie, sabrá cómo o cuándo se desarrollarán los acontecimientos, porque cada  ser humano, cada organismo decide cuándo es el momento.”
 

 

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PARA LAS MAMAS DE TETA O BIBERON

PARA LAS MAMAS DE TETA:

  Enhorabuena por vuestra decisión, por vuestro valor, por vuestro convencimiento y entrega para dar a vuestro hijo el alimento y todo lo bueno que lleva formándose en nuestro cuerpo durante nueve meses, la leche materna.
   Seguid adelante con la lactancia materna que mejor se adapte a vosotras, a vuestra personalidad, ideología y creencias. Una lactancia que puede ser prolongada, larga o corta. Exclusiva o combinada. Olvidando opiniones, críticas o juicios que no tienen cabida en vuestras  vidas.

PARA LAS MAMAS DE BIBERON:

  Felicidades, pues sea el motivo que sea, por el que elegisteis esta opción, vuestra valentía, fuerza y valor no es menor. Porque sois igual de mamás. Porque con vuestra labor transmitís  a vuestro bebé el mismo amor, la misma dedicación y  toda vuestra pasión.

PARA TODAS:

"No existe en la faz de la Tierra ni una sola mamá que amé a su bebé que no desee lo mejor para él."
"No existe ni una sola mamá que interponga su comodidad ante la salud de su bebé."
"No existen dos madres iguales, por tanto no existen dos maneras iguales de vivir la maternidad".
"No existen malas madres,..."

"Existen las mejores madres, todas y cada una de nosotras, alimentemos con teta o biberón."
"Existen madres que buscan el bienestar emocional para disfrutar de la maternidad".
"Existen madres que saben que cuando su corazón late de plenitud, seguridad, decisión y alegría, los comentarios externos no tienen cabida en su nueva vida.

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¿VOLVERÉ A DAR DE MAMAR..?

  Esta es la gran pegunta que circula en mí cabeza cuándo mi deseo de volver a ser mamá  emociona a mis tripas y corazón.

  Y la respuesta, si os soy sincera es: NO LO SÉ. Primero, porque tras todo lo que pasé al dar a luz Adriana, que contaré  poco a poco junto al tema de la semana, aprendí y me prometí, que jamás volvería a idealizar una situación similar, realmente ni esta ni ninguna. Pues cada acontecimiento de nuestra vida tiene vida propia, de la cual nosotros somos participantes, pero no protagonistas.

  Y lo segundo, es que no sé como me sentiré. Mi deseo e ilusión, es poder llegar a ser del club de las  mamás adictas a dar de mamar, pero lamentablemente eso no lo elijo yo. Cómo ya os cuento en "COMO VIVÍ MI LACTANCIA".

  Pero  si  confesaré, que si vuelvo a sentirme exactamente igual o similar en mi segunda maternidad, es muy probable que pase al biberón, pues no quiero sentir más culpas ni miedos, no quiero más sufrimiento por pensar o sentir  que no le doy a mi hijo/a todo aquello que necesita y no sólo hablo de alimento.

  Porque mi experiencia a los 5 meses y medio, me enseño, que con el biberón también:

Se puede "amamantar".
Sé puede transmitir  ternura, cariño y mucho amor.
Se puede crear un vínculo madre e hijo, distinto sí, pero al fin y al cabo un
vínculo.
Se puede alimentar, sin necesidad de que haya carencias.
 
  Me enseño que lo importante de toda reciente maternidad es nuestro bienestar emocional. Un bienestar con el que nos sintamos seguras de nosotras mismas, animadas, a gusto con todo aquellos que hagamos y decidimos....en fin, cansadas pero felices. Porque de nada vale que seamos madres de libro si luego no sentimos, amamos, o deseamos lo que hacemos. De nada sirve amamantar si con ello se crea un malestar emocional.

  Porque nuestro bienestar personal y familiar va a garantizar SU bienestar, en el presente y en el futuro.

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COMO VIVÍ MI LACTANCIA

  Soy una fanática de los niños y de la maternidad, con lo cual para mi amamantar no era una opción era mi devoción, sin embargo mi concepto cambio tras dar a luz a mi hija. 

  No sé si el desencadenante fue la depresión o una cosa llevo a la otra, pero la lactancia materna se convirtió en un mundo de dudas, miedos y culpas. Dudas, porque me preocupaba como compaginar mi ambición profesional con la maternidad. Miedos, por trasmitir mi estrés mientras amamantaba y culpa porque no entendía porque me sentía tan mal cada vez que lo hacía.

  Pasaban los meses y la situación no mejoraba, y los peores momentos llegaban cuando tenía que dar el pecho en la calle, en un centro comercial o en el metro. Me sentía vulnerable, observada e intimidad y los nervios me superaban. Eso genero dejar de salir sola con  mi niña, porque en casa me sentía mucho mejor, en casa estaba todo bajo control. Y la Agorafobia comenzó.

  Aun así, me negaba a dejar de ofrecer el pecho a mi hija, pero a los cuatro meses y medio sentía que mi leche ya no le abastecía. Hice una visita al Pediatra por si necesitaba complementar con biberón u otra opción y casi sus ojos me matan. Me salvo la báscula, ella confirmo que mi pequeña se quedaba con hambre, había bajado 300 gramos. Pero aun así, su charla me hizo sentir una mala madre, por tan solo plantear la combinación de teta y biberón.

  Y ya os podéis imaginar lo bien que le sentó  tal  expresión a "mi alto y estable nivel emocional". Llegue a casa pensando que era una egoísta, que tal vez lo único que quería era despojarme de mi hija,  me preguntaba que vinculo estaba creando si a la mínima no insistía...

  Un mes después, tras sufrir una grave gastroenteritis, con lo que estuve convaleciente más de una semana. Nuestra hija decidió por nosotros, en  menos de 26 horas hizo tantas tomas, que acabo con  las 32 bolsas de leche materna que tenía en el congelador, la que menos contenía 250 ml.

  Y  en ese momento decidí, que éramos su padre y yo los que teníamos que elegir la mejor  alimentación para nuestro bebé. Me daba igual lo que recomendara la OMS, el Pediatra o exigiera la sociedad. Ya estaba bien de hacerme sentir tan mal.

  Comenzamos a introducir alimentación complementaria ofreciéndole como postre la poca leche que me quitaba. Hoy, 25 meses después,  nuestra pequeña crece fuerte, sana y feliz.

Es cierto que no amamanté todo lo que previamente quería, pero lo que hice lo hice bien, lo hice con amor y desde el corazón, y orgullosa de ello estoy....

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LATANCIA MATERNA,¿UNA ELECCIÓN REAL?

¿Realmente estamos siendo libres para elegir si queremos amamantar  o no? Si soy sincera, creo que sufrimos más presión social que libertad para tomar nuestra propia  elección.

Me explicaré con una historia....
Hace más de dos años cuando estaba embarazada de mi pequeña, en el curso de preparación al parto, nos preguntaron si todas íbamos a dar el pecho y al unísono contestamos SI. Bien, después de pasar hora y media en la que nos explicaron las grandes ventajas de la lactancia materna frente al biberón y los beneficios que esta aporta a madre e hijo, alguna mamá levantó la mano con más miedo que duda, para sugerir: ¿qué pasaría si decidía no dar el pecho a su hijo? Y de repente en un momento, más manos se alzaron con el mismo miedo y duda que ella.

Porque realmente muchas de ellas no tenían tan claro que decisión tomaría, o sí la tenían, pero por miedo al qué dirán, a no escuchar la charla de su madre, suegra o abuela, habían decido decir que si amantarían a su hijo o hija.

Y alguna decía y cito textualmente: "Parece que si  le digo a mi entorno y a la sociedad en general, que estoy pensando más en no dar, que en darle el pecho a mi hijo, soy una egoísta o mala madre".  Y curiosamente a ella se unió un unísono SI, aún más fuerte que el primero, que dejaba ver la realidad de los sentimientos de muchas futuras mamás.

A mí personalmente me parecía un horror lo que contaban, porque nunca concebí que alguien pudiera juzgar una elección tan personal, "la sensibilidad del embarazo ", pensé en ese momento. Pero lo vida me guardaba otra realidad, pues durante estos dos años he sido testigo de otras historias y he sufrido en primera persona la controversia social que existe ante este tema.

Porque la realidad es esta que cuento, esto es lo que cada día se vive a pie de calle, en casa y hasta en la consulta de profesionales, a esto se reduce la elección de un proceso tan natural como es amamantar:" Si amamantamos durante mucho tiempo creamos un  gran problema de dependencia, si lo amamantamos durante poco tiempo somos unas egoístas, si no amamantamos somos malas madres...Y mejor no tocar el tema de ofrecerlo en la calle, playa o parque, porque como nadie ha visto un pecho en su vida pasamos a ser unas grandes exhibicionistas."

¡Por Dios Santo! Que sólo hemos retomado los pasos de nuestras madres, abuelas y tatarabuelas, algo que no deberíamos haber perdido nunca. Y ahora resulta que en el siglo XXI existe más purismo, que en la época.

¿Y me dicen que esto no es presión social?, ¿Qué no somos la propia sociedad los que creamos sentimientos de culpabilidad y de frustración a cualquier mamá? y ¿qué somos realmente libres para tomar una decisión, tan personal como amamantar o no?

Pues perdóneme ustedes, pero tal vez el mundo en el que yo vivo es diferente, no es ese.

 


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Y..¿QUÉ PASA CUANDO NO PUEDO AMAMANTAR?

¡NADA, ABSOLUTAMENTE NADA!

Sí, no me he vuelto loca, ni has leído mal. Esto también es una realidad, a la que muchas mamas se enfrentan con más frecuencia de lo que se cuenta, por múltiples motivos: medicación incompatible, patología  mamaria u otra patología, alergias, intolerancias, retirada temprana de lactancia...

Y por ello:
NO SON MALAS MADRES: SON MADRES MARAVILLOSAS, algunas lo sabían antes de ser mamás y eso no les echó para atrás. A otras le llego  por sorpresa  y aun así lo intentaron todo lo que pudieron y más. Y cada una alimentó  a sus bebés con el mismo amor, pasión y devoción mientras les deban el biberón.

EL VINCULO NO ES PEQUEÑO:  ES GRANDE Y COMPLETO, ES COMPARTIDO, porque en esta ocasión papá y mamá tienen el mismo protagonismo y ambos con sus miradas, el calor de sus brazos, el latir de su corazón y su inmenso amor, crearán entre toma y toma un vínculo especial, el vínculo de papá y mamá.

SUS VIDAS NO SERÁ MÁS CÓMODA: SERÁ IGUAL DE CAOS QUE LAS QUE AMAMANTAMOS, porque sus bebés comerán cada 3- 4 horas, llorarán de hambre, tendrán cólicos y demandarán la misma atención que cuando se amamantan. Son bebés y hay cosas que no se cambian con biberón o sin él.

LOS NIÑOS CRECERÁN SANOS Y FUERTES: en este siglo en el que todo se sabe y algo se hace, deberíamos recordar que alimentar un bebé con teta  en lugar de biberón  no le excluye un 100%  de padecer cualquier carencia vitamínica y mineral o enfermedad. Pues en ambos casos se puede tener un historial  clínico similar.

Por favor, no creemos más frustración, informemos, ayudemos y apoyemos. Animemos a eso padres que por alguno causa no pueden amamantar diciéndoles la verdad:
 "Digamos les que no pasa nada, que lo importante es que ellos y su hi@  como familia crezcan en un entorno sano, con cariño, respeto y amor."
 
 "Digamos les que esa es la gran medicina de la vida, que es esto lo que hace que una familia permanezca unida, que todo ello, sí, garantiza que nuestros hijos día a día forjen un bienestar emocional que les ayudará a enfrentar  la vida."
 
"Digamos les que  sonrían, porque siguen siendo los mismos padres que soñaron cuando supieron que estaban embarazados, los mejores".















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PARA LAS MAMÁS Y LOS PAPAS...

Para las mamas, para los papas, para los que han tomado la decisión de amamantar o no, para todos....dedico los post  sobre lactancia de esta semana.

Porque el lactar es una opción no una obligación.
 
Porque creo que desde hace algunos años  con  este tema hemos extremado.
 
 Porque en nuestro a fan de defender un acto natural, para el que nuestro cuerpo se prepara durante nueve meses, hemos olvidado que existe termino medio.
 
Porque  tenemos que dejar de juzgar, criticar o manipular la libre elección que tiene los padres de elegir si dar o no la teta a su  pequeñ@.
 
Porque hemos creado tal presión y controversia social, que la frustración maternal,  no ha tardado en llegar.

 Porque hay madres que han deseado amamantar y por múltiples razones no han podido o el proceso se han interrumpido.

 Por todo ello, por la vivido, lo sentido y lo contado en primera persona y tras los ojos de otras, os invito a visitar:
 

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MI CUENTO LACTANTE PARTICULAR

Érase una vez una joven madre, que tras ser testigo de mucho desconcierto, más de una  lágrima y  alguna sonrisa en sus propios ojos y en los de otras mamás, cuando les hablaban de amamantar, decidió escribir un cuento con el fin de cautivar una reflexión social.

Para ello retomare algo de historia, hace aproximadamente unos 8 años atrás, tal vez alguno más, al nacer el bebé, la elección de dar el pecho o no era casi del  Pedíatra, pues en la primera visita se les decía a las mamas que la leche materna era una tontería, que las fórmulas de biberón era lo mejor, pues su formulación  nos aseguraba que le dábamos al niñ@ lo que necesitaba y con lo primero casi nada de nada.

Así que, cómo buenas madres que somos todas las de antes y las de ahora, preocupadas por darle lo mejor a sus retoños, la mayoría abandono la lactancia materna para dar el biberón y aquella que combino motivada por el apoyo de su madre o abuela, fue porque estas insistían que en su época, los niños se criaban mejor con la teta.

Los años siguieron pasando y en su trayecto, nacieron y se desarrollaron niños altos y bajos, hiperactivos, activos o apáticos, muy estudiantes o más prácticos, trabajadores u otros más vagos...pero la mayorías sanos.

Sin embargo, un día tras mucho investigar se descubrió que la leche materna contenía la fórmula perfecta: amor, vinculo materno y mucho alimento. (Qué casualidad, nos pasamos nueve meses desarrollando una simple célula que llega a dar vida a un bebé, proceso por el cual sentimos admiración, y nos olvidamos de que nuestro cuerpo lleva el mismo tiempo preparando nuestros pechos para  dar el mejor alimento...que ciencia la nuestra).

Bueno que sigo con mí cuento......

La voz de alarma despertó, y con ella el pánico social  y profesional surgió. Con lo que comenzó lo que yo llamo, un bombardeo informativo: folletos, carteles, anuncios publicitarios, algún que otro taller...  todo lo que fuera necesario para remediar tanta exclusión maternal.

Pero olvidamos,  que nuestro cerebro no interioriza nuevos ideales y formas de vida a la misma velocidad que el  ojo ve o  que se lee en un papel, .Y sin querer, motivados por un a fan defender la lactancia maternal, se volvemos a errar.

Porque hoy,8 años después nos encontramos igual que empezamos pero con la recomendación inversa, la teta es la mejor elección, el biberón casi que lo peor.  Y sin darnos cuenta hemos creado tal presión  y controversia social, sobre un tema tan simple y natural como es amamantar, que se comienza a dudar, si lo que nos cuentan es real.

Y para salir de dudas, muchas mamás decidimos estudiar un poco de historia y descubrimos que ahora igual que hace años cuando el biberón era casi la única alimentación, siguen creciendo y desarrollándose niño altos y bajos, hiperactivos, activos o apáticos, muy estudiante o más práctico, trabajadores o más vago... pero igualmente sanos.

En ese junto momento, con la historia analizada y las estadísticas comparadas,decidimos poner nos el mundo por montera, olvidar la información dada, las opiniones recibida y las múltiples críticas que se avecinan .Y  junto a nuestra pareja y familia elegimos la fórmula que consideramos mejor para nuestros hijos: lactancia corta, algo más larga o prolongada, lactancia combinada con biberón o sólo biberón. Sea cual sea nuestra elección, todas iniciamos el camino correcto, porque a nuestros pequeños siempre le ofreceremos lo realmente bueno.
 

Colorín, colorado, con una reflexión acabo mi relato....

"Toda acción realizada con amor  garantiza que cualquier elección,  se convierta en  la fórmula perfecta, con la que nuestro bebé obtenga un buen desarrollo físico, emocional e intelectual"
 
"Para amamantar con teta o biberón es necesario gozar de un bienestar emocional, origen real para alcanzar un incondicional vinculo materno o paterno, pues ellos también pueden alimentar".
 
"Permitamos con el corazón en la mano, que cada familia decida cómo lograr su propio bienestar  sin tener que hacer frente a más presión social ."
 
 
 
 








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¡NO CALLES,HAZTE OIR!

"La palabra,
acto de comunicación que libera la emoción,
analiza la situación y
 nos regala una solución"
No calles mamá, ni por miedo, ni por vergüenza, ni por el que dirán. El mayor regalo que tenemos en la vida es la comunicación  y lo mejor, es gratis, que con los tiempos que corren de eso no abunda. 
La comunicación es sanación para la mente y para el alma, y con ella podemos dar libertad a nuestros sentimientos, dar consuelo a los miedos, soluciones a las dudas y confort al corazón, no encuentro mejor tratamiento.

La mejor es la hablada, pero si en ese momento nadie te acompaña o no te salen las palabras, papel y lápiz también calman. En ocasiones, es incluso mejor pues no mides vocabulario, formas o diplomacia. Sólo desahogas el alma, puedes llorar, reír o gritar en tú soledad, sin tener que explicar. Y luego, cuando te acompañe la persona elegida, estarás más calmada, tendrás las ideas más claras  y podrás expresar mejor toda tú preocupación.
 No  sigamos cometiendo década tras década el mismo error, no cometas el mismo error que yo, el silencio. Tan sólo por tener la falsa creencia, de que sólo nosotras tenemos que llevar todo el peso de este proceso, eso no es cierto. Nosotras damos vida, que ya es una maravilla, y las personas que nos quieren  desean escuchar, animar, acariciar, ofrecernos de manera incondicional todo aquello que nos haga feliz, que nos haga sonreír de manera incondicional.
Nunca me cansaré de repetirlo y si por ello aburro, aburriré, cuidar de nuestro bienestar emocional en nuestro embarazo y tras la maternidad es tan importante como cuidar cada día a ese pequeñ@ que crece dentro de nosotras.
"No calles, habla de todo sin miedo a nada,
porque el silencio no sólo esconde palabras también maltrata al alma.
No sólo lo escribo, también lo grito, porque yo calle cuando tenía que hablar, yo maltrate a mi alma en lugar de cuidarla y cuando la empecé a cuidar el daño ya era brutal."
¡Tú no lo hagas!
Recuerda que siempre constamos con nuestra pareja, familia, amigos, dispuestos a escucharnos. Igualmente yo ofrezco aquello que tengo a mi alcance, este blog o mí contacto en "Quién soy".


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¿QUIÉN SOY YO, PARA…?

Muchos meses, antes de por fin tomar la decisión de hacer el blog, esta era la pregunta que me hacía cada día…

¿Quién soy yo, para contar nada?
¿Quién soy yo,  para decirles a los demás que compartan sus experiencias con desconocidos?
¿Quién soy yo, para intentar ayudar  a través de mis palabras?....
Y así muchos ¿quién soy yo?, más.

Pues bien llego un día que me cansé de la misma pregunta y comencé a dar me respuestas,  que he decidido compartir:
 
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“YO NO SOY NADIE…”

"Sólo soy una mujer que en el momento más bello de su vida, al menos así pensaba yo que tenía que ser, sufrió una depresión  post-parto, sin asumir ni entender porque."
 
"Soy una mujer que busco y busco hace dos años ayuda y muy poco encontró."
 
"Soy una mujer que en el momento más difícil de su vida, en el que necesitaba apoyo, escucha  y un lugar donde poder compartir mis sentimientos sin miedo a sentirme juzgada, incomprendida o avergonzada, se encontró sola."
 
"Soy una mujer que necesitaba no sentirse rara o loca."
 
"Soy una mujer que se sintió fracasada en todos los aspectos  de su vida, que llegó a dudar de sí misma."
 
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“SOY UNA MUJER, QUE SÓLO QUIERE…”

"Soy una mujer que sólo quiere, crear un punto de encuentro donde cada mujer pueda liberar y desahogar sentimientos escondidos de historias reprimidas. Un punto de encuentro donde todas ofrezcamos nuestras manos para ayudar a levantar a esa otra mamá a esa otra familia, para que inicien su nueva vida con una sonrisa, con otro carisma."

"Soy una mujer que sólo quiere, ayudar y ofrecer lo mejor de ella y para ello mi única herramienta es mi experiencia personal, mi historia."
"Soy una mujer que sólo quiere, hablar desde el corazón y eso hará que algunos días sea o no  políticamente correcta, porque cuando se habla desde el dolor la diplomacia no es buena compañera."

"Soy una mujer que ni quiere ni pretende dar clases de nada a nadie, porque a cada uno nos vale una teoría, una doctrina, una filosofía…la nuestra propia. Así somos cada familia, únicas."
"Soy una mujer que  sólo quiere luchar por el respeto de la ideología individual. Pues en base a ella cada uno sabemos dar lo mejor de nosotros."

"Soy una mujer que sólo intenta animar a cada mujer a ser la mejor madre que cada una sabe ser, con libertad, seguridad y confianza en sí  misma."

 
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“SOY UNA MADRE, QUE CADA DÍA…”

"Soy una madre, que cada día aprende a ser mejor mamá con la ayuda de su niña."

 
 "Soy una madre que ya no se siente fracasada como tal, que ya no sé siente culpable por haber pasado casi los dos primeros años de la vida de mi pequeña, bajo una oscuridad demasiado densa."

 
"Soy una madre que ya no se avergüenza de sí misma cuando le dice a los demás que sufrió una depresión, al nacer su más bello regalo de vida. A lo que ya no le importa lo que digan u opinen otros, porque sólo yo y mi familia sabemos por lo que hemos pasado, sabemos que es vivir esa dura realidad."


"Soy una madre que ha empezado a vivir el día a día junto a su familia, con optimismo, ilusión y alegría."


"Soy madre, mujer y paciente capaz de asegurar a cada persona que lea esto, que todas podemos superar todo mal trago por el que estemos pasando. Sólo necesitamos un poco de cariño, algo de apoyo y un tiempo que determina nuestra alma, nuestro corazón."

 
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“SOY UNA PACIENTE MÁS…”

"Soy una paciente más, que revindica cada día, mientras cuento mi historia, una poco de  empatía, humanidad y solidaridad. Que grita  con todas sus fuerzas, la falta de apoyo y programas especializados en estos temas y muchos otros que iré tocando. Porque no sólo se pasa mal en una depresión post-parto, también durante la enfermedad de tú bebé, en la adaptación a una nueva vida en compañía de  intolerancias alimenticias, en un post-parto complicado por un parto más complicado aún."


"Soy una paciente más, cansada de que nos cuenten tanto sobre gestación, cuidados de ambos, lactancia y luego cuando llegas a casa, al verdadero lío, ahí te las apañas, nadie pregunta nada. Porque lo único importante en la revisión es sólo mi niñ@; como estemos los papas que son el verdadero sustento del bienestar y estado emocional de ese bebé, mejor ni preguntar, mejor ignorar, porqué las cosas del corazón no entra dentro de las obligaciones de la consulta."


 "Soy una paciente más, que sabe lo importante que es, no sólo para mí, también para 70.000 mujeres más   y sus familias, que cada año sufren depresión post-parto. Contar con la ayuda adecuada para poder superar con el mínimo de secuelas posibles cada trauma. Porque todos son uno y todos se ven afectados."


"Soy una paciente más, que  piensa en que nuestra sociedad necesita tanta dedicación al bienestar emocional como a la ciencia. Que no somos mejores por hacer la vista gorda ante los problemas emocionales de los demás, pero si lo somos si preguntamos  y no ignoramos, si respetamos y no juzgamos, si extendemos una mano y no adoctrinamos, si ponemos el corazón en lugar de la razón y el interés."
 
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“SOY UNA PROFESIONAL MÁS, QUE REVINDICA”

“Soy una profesional más, que revindica la necesidad que tiene nuestra sociedad de  escucha, atención y dedicación a los papás y al grupo familiar en sí.”

No estoy hablando de hacerlo cuando exista un problema, pues ese camino es más fácil, sólo tenemos que  diagnosticar y derivar.

¡NO!, Hablo de aquello que tanto defendemos los profesionales de la salud: PREVENIR. ¿Por qué no prestar un poco más de atención al estado anímico, emocional y psicológico durante un embarazo y post-parto? ¿Realmente somos conscientes de cuántas futuros o reciente: mamás, parejas y familias enteras, acuden a terapia, con una problemática que fácilmente se puede solucionar antes de…?

¿Realmente somos tan inocentes e idealistas que creemos que todo el mundo tiene que rebosar de felicidad cuando nos enteramos que vamos a ser papás, porque socialmente está mal visto decir que lo estás pasando mal?

 Si echamos la vista atrás y somos sinceros con nosotros mismos, ¿podemos asegurar que nos hemos preocupado lo necesario para ayudar a una madre a superar una depresión previa al parto o  post –parto? ¿Y tras uno o múltiples abortos? ¿Y para esa suma de sentimientos tan comunes como son el fracaso y  la culpabilidad tras abandonar después de mucho intentar, la lactancia?...

Tengo la certeza suficiente, para poder afirmar, que gracias al empeño y preocupación de  muchos profesionales de la salud, por el bienestar emocional individual y familiar, de futuros o reciente papás, hoy podemos disfrutar de cursos de preparación al parto , talleres de lactancia, entre otros…que nos ayudan a vivir el día a día con algo más de tranquilidad. Y estoy segura que gracias a su labor, cada año que pase, cada década que se cuente mayor será su apoyo.

Pero mi reivindicación viene dada no sólo por mi experiencia personal, sino también porque hay mucho trabajo que hacer y unos pocos, que gracias a ellos su labor es de muchos, no pueden llegar a todos. En ocasiones parece que olvidamos que la empatía es el mejor arma de para desarrollar nuestra profesión. Y una buena dosis de esta junto con un poquito de atención, escucha y paciencia se convierte en la mejor cura para esos padres que han iniciado una nueva aventura en donde la etapa más dura está formada por que mieles de miedos y millones de dudas, posibles de sobrellevar con un poco de apoyo más.

Y no respuestas como,  “no tienes pinta de estar pasando por depresión post-parto”, “ahora no tengo tiempo, porque mi turno está acabando y estoy cansada”, “tienes que hacer lo que te digo, porque así y listo”, “no digas tonterías, las cosas no son para tanto”…Porque respuestas como estas tiene efectos secundarios muy comunes: frustración, culpabilidad, sentimiento de fracaso o de que te inventas una patología, como me paso a mí. Pues soy la protagonista de la primera frase expuesta, el resto son las historias de otras mamás.

Aún me pregunto que “pinta” debe de tener una mujer que está pasando por una depresión, una mujer que se avergüenza  y no acepta por lo que está pasando. Una mujer que tiene pánico a salir sola de casa con su niña  porque siente que en la calle no tiene nada bajo control…..Tal vez algún día lo pregunte, sólo por curiosidad, por si me sirve a nivel profesional (ironía), pero cuento con la certeza de que esto no es una ayudar y que tal día como hoy quiero exponer, explicar y revindicar en este mundo virtual tan general, lo que decimos muchas mamás de forma individual, un tema tal vez, sobre el que reflexionar:

“Soy una  mujer, madre y paciente  que puede asegurar, que nuestro BIENESTAR EMOCIONAL, es la base para sobrevivir, convivir, concebir una futura maternidad.”

¿Por qué no le damos una oportunidad?
¿Por qué no empezar a escuchar?
¿Por qué no aprende a cultivar un bienestar individual y familiar?
“Un bienestar emocional”






 
 
 
 
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